En griego antiguo Κάδμος, fue un
héroe legendario, hijo de Telefasa y de Agénor, rey mítico de una
tribu de Canaán. Su importancia en
la mitología griega radica sobre todo en ser el
fundador de Cadmea, que
posteriormente llegaría a ser Tebas. Se le atribuye la introducción del alfabeto en Grecia, que otras fuentes
legendarias asignan a Dánao, al igual que la
del arado, la fundición de metales y la agricultura.
Cadmo fue el hermano menor de Cílix y de Fénix así como de Europa,
a la que raptó Zeus transformado en toro. Con sus hermanos
y su madre Telefasa,
que estaba embarazada, partió en busca de su hermana por mandato de Agénor,
con orden de no volver al reino, bajo pena de muerte, sin haber antes
encontrado a Europa.
Todos juntos comenzaron un largo viaje por mar hacia el Este,
siguiendo la dirección que había tomado el toro volador. Fénix fue el
primero en abandonar la búsqueda y fundó su reino junto al de su padre y lo
llamó Fenicia,
actualmente Líbano. Siguiendo la costa, continuaron hacia el norte subiendo por los
montes Antitauros, y Cílix,
el mayor, agotado, le pidió a su madre que abandonara el viaje y se quedara con
él allí. Ella se negó, continuando la búsqueda. Poco más adelante murió Telefasa al dar a luz a Fineo y Cílix abandonó el viaje y fundó la Cilicia entre la costa y los montes Antitauro en Antioquía. Cadmo cruzó al continente y llegó aDelfos,
pues quería consultar el oráculo de Apolo
El oráculo le habló así: «Cubre tus ojos Cadmo y sal por cualquier
puerta, toma la dirección a la que te dirija esa puerta y cuando veas una vaca
con la luna en su cara, síguela sin cesar hasta que cese su camino. Entonces
funda tu casa Cadmo, porque esa será tu tierra». Cadmo quedó confuso ante tal
respuesta, pues lo que él deseaba era encontrar a su hermana Europa.
Como le había indicado el oráculo cubrió sus ojos y con la ayuda
de su mano derecha, anduvo a tientas por Delfos y por azar fue a dar con la puerta que
salía hacia el Sur, en dirección a Beocia.
Salió Cadmo por ella y en efecto se le cruzó una vaca con una mancha en la cara
que era igual a una luna pintada con los cuernos hacia abajo. La siguió sin
descanso, pues la vaca no paró de andar en tres días, y su corte que le seguía
languidecía exhausta. La vaca finalmente murió de cansancio y Cadmo supo que
esa era su tierra y allí fundaría su nación.
Muerta la vaca quiso dedicar una Hecatombe a los dioses. Vio una fuente cercana y
dijo a sus hombres que trajeran agua. Pero un dragón mató a algunos. Cadmo mató
al dragón yAres,
el dueño de la bestia, montó en cólera. Pero Zeus,
que había secuestrado a Europa, lo apaciguó. Zeus, por favorecer a Cadmo, le
mandó a Atenea con un mensaje. La diosa le dijo: «Planta los dientes del dragón esta noche y
veras nacer de ellos cientos de fieros guerreros, mas ocúltate de ellos pues te
matarán. Nada más nacer, se matarán entre ellos. Cuando queden pocos y
cansados, lucha con ellos y vence a algunos. Si lo haces así tendrás a tu
merced a los mejores y más fieles guerreros con los que puedas soñar».
Cadmo hizo lo que se le indicaba. Inmoló la vaca a los dioses como
tenía planeado y al llegar la noche con su mano derecha plantó los colmillos.
La tierra inmediatamente se quebró y de ella nacieron los Spartai.
Tal como había anunciado Atenea, nada más nacer comenzaron a luchar, matándose
entre ellos. Cuando quedaban pocos y débiles apareció Cadmo y luchó contra
algunos, venciendo tan sólo a dos:Chtonios y Ección quienes se convertirían en sus mejores
hombres y más fieles compañeros.
Fundó Cadmea,
en Tebas,
región habitada por los Hiantos,
quienes retaron a Cadmo. Pero los Hiantos eran vagos y bastante descuidados,
mientras que Cadmo era culto y sabía luchar muy bien, por lo que pudo vencerles
sin dificultad. Los derrotados decidieron emigrar hacia el Monte Partenio.
Tras ello, Ares todavía insistió en que Cadmo debía expiar lafalta que contra él había cometido por haber matado a su dragón. El héroeaccedió a cambio de la mano de Harmonía, la hija de Ares. En su ausencia dejó a cargo delreino a Ección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario